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13 de noviembre de 2017

“Me hubiera gustado viajar en el tiempo para conocer a los dinosaurios”


Viajé a mi infancia con el cuestionario de Fundación Integra:

“Me hubiera gustado viajar en el tiempo para conocer a los dinosaurios”

Este ilustrador chileno conquistó Europa y ahora vino a Chile a presentar su nóvela gráfica Juan Buscamares. En su Territorio Infancia navega entre tiburones, plasticina y azúcar flor.

Por :  | 04 Octubre 2017


-¿Cómo recuerdas la vida cuando el mundo no se extendía más allá de tus juguetes?
Llena de alucinaciones. Veía dinosaurios, robots gigantes, galaxias y explosiones por todas partes. Esperaba que llegara la noche para poder soñar. Amaba los sueños.
-¿Qué juguetes tenías, dónde se fueron tus juguetes?
Tuve algunos dinosaurios de plástico. Yo me hacía mis propios juguetes, con cartón, arcilla y pintura. Hacía naves y personajes de Star Wars, ya que en los años ochenta tenían precios prohibitivos. También hacía barcos, planetas y continentes con plasticina. La plasticina era mi juguete favorito, porque con ella podía hacer lo que mi imaginación me permitiera. No sé qué pasó con mis juguetes ni dónde están. Los imagino destruidos o enterrados bajo sedimentos de escombros. Imagino que serán desenterrados por algún cataclismo o por arqueólogos dentro de muchos siglos.
-¿Juego favorito, solo o acompañado?
Jugar a la escondida y Las naciones. Recuerdo que en primero o segundo básico corría entre los niños y niñas imaginando que estábamos en el mar y yo era un tiburón que podía atacarlos, pero no lo hacía porque eran mis amigas y amigos. Había visto la película tiburón a los 6 años y aunque el tiburón me daba mucho miedo, yo empaticé con él.
-¿Qué olores y sabores recuerdas de esa época?
Me encantaba la carne cruda, el azúcar flor y la miel. No recuerdo olores, salvo el del pan de pascua.
– ¿Qué llevas de tu infancia contigo?

La imaginación. O lo que queda de ella.
– Secretos que no le dijiste a mamá y/o papá
Bajo el block 1 de la Villa Portales había un perro herido (Tenía el hocico destrozado el pobre) en unas mantas, al que cuidamos con unos amigos.
– Jugaste con tierra, tomaste agua de la manguera… ¿Qué otras cosas hacías?
Como a los diez años, unos pescadores me regalaron unos tiburones pequeños que atraparon en sus redes. Uno que estaba vivo la solté en el mar. Recuerdo que casi me mordió. También solía buscar fósiles y minerales e hice un insectario.
– Cuéntanos ese recuerdo mítico del que todos se acuerdan menos tú… (Ese que tu mamá o tía saca a colación cuando le presentas a una amiga o estás reunido con la familia)
Cuando muy niño me creía Pinocho y me quedaba tirado inmóvil durante mucho tiempo, como un muñeco inerte. Dicen que podía estar horas así.
– ¿Recuerdas tu primer amor de infancia?
El primero no fue muy importante y ya tenía doce años. Dejé de ir a verla porque vivía muy lejos de mi casa y sentía que no había magia entre nosotros. Después, a los catorce me enamoré de verdad, perdidamente, aunque fue un amor epistolar y tormentoso.
– ¿Cuáles son los pequeños grandes triunfos que recuerdas?
Gané un concurso de conocimientos de Sábados Gigantes. Me preguntaban sobre los dinosaurios. El premio fue un viaje a Disneyworld. Fui con mi madre. No me gustó Disneyworld, pero me encantó Seaworld.
– ¿Qué súper poder te hubiera gustado tener y si lo tuvieras hoy…qué harías con él?
Viajar en el tiempo, para poder conocer a los dinosaurios.
-Tenías amigos imaginarios, si es así, ¿cómo eran y cómo se llamaban?
No. Nunca tuve amigos imaginarios. Y eso que cuando niño intentaba creer en Dios, pero no lo conseguí. Lo que sí recuerdo es que a los cuatro años conversaba con los perros y ellos me hablaban.
-¿Qué te daba miedo?
Los uniformados. Eran los setentas.
-¿Te perdiste, sí es así, dónde y cómo apareciste?
En la Fisa, en Cerrillos, en medio de la multitud. Me di cuenta de la horrible soledad y desamparo que se puede experimentar en medio de una multitud. Finalmente me encontraron unos compañeros de colegio.
“Mi infancia estaba llena de alucinaciones. Veía robots gigantes, galaxias y explosiones por todas partes. Esperaba que llegara la noche para poder soñar. Amaba los sueños”, dice el autor de Juan Buscamares.
– ¿Qué barrio, calle, edificio o balneario es el lugar de tu infancia?
Pichilemu.
 ¿Cuál era la trampa que hacías para no comer guatitas o la comida que no te gustaba?
La masticaba eternamente, pero no la tragaba.
– ¿Cuál fue tu mayor travesura?
Burlarme con dibujos de los matones del curso hasta hacerlos llorar. También escaparme del colegio e irme al Museo de Historia Natural.
– A qué personaje público invitarías a mirar con ojos de niño la realidad
A Charly García.
– Alguna pregunta para sumar a este cuestionario de Territorio Infancia
¿Qué soñabas en la infancia?
– Alguna persona o personaje que te gustaría para Territorio Infancia…
Al escritor Francisco Ortega.


Entrevista en revista La Panera:

AVENTRA, A SECAS

11/09/17 — POR 
El dibujante Félix Vega lanza la edición integral de «Juan Buscamares». La saga que inició en los 90 y que lo puso en el mapa del cómic europeo con su historia de una Tierra sin agua inspirada en las dunas de Pichilemu y en los ecos de Pink Floyd.
Por Rafael Valle M.

Félix Vega (46) y su personaje Juan Buscamares tienen al menos un par de cosas en común. La primera: “Siendo niños, con mis hermanos nos perdimos en las dunas de una playa, cerca de Pichilemu. Se me ocurrió que para orientarnos debíamos primero encontrar el mar. Mi hermano dijo: ‘Somos unos buscamares…’. Y ahí nació el nombre”.
La segunda es que con la partida de la aventura del personaje, en 1996, partió también la de Vega como cotizado dibujante en el extranjero. Ese primer capítulo publicado en Chile, en blanco y negro, que mostraba las andanzas del protagonista en una Tierra post-apocalíptica y desértica, se vendió más tarde a países como Italia, Francia y España, lo que hizo que la saga se concretara como tal. Con los cuatro episodios que su ilustrador y guionista ya tenía en la cabeza, y que ahora aterrizan en el mercado local en un solo libro compilatorio, con sello Planeta Cómic.
“En Europa gustó el dibujo y las temáticas que abordaba. Pero pidieron que fuese en color. Siempre tuve claro que sería una tetralogía: El Agua, El Aire, La Tierra y El Fuego. Eso también les interesó. Era una aventura con mucha acción, pero a la vez un relato reflexivo”, recuerda Félix, que lleva lo de artista gráfico en la sangre. Su padre fue Óscar Vega, Oskar, quien creó a Mampato junto al editor/ guionista Eduardo Armstrong.
–¿Cuál es la principal influencia de tu papá en tu trabajo?
“Mi padre fue mi maestro y mi amigo (…) Además de un gran acuarelista reconocido internacionalmente, él también fue ilustrador e historietista (…) Realizó las primeras animaciones para la TV chilena. Hizo publicidad, diseño, y escribió algunos cuentos infantiles. Su capacidad de incursionar exitosamente en diversas disciplinas lo diferenció de sus pares. Tuve la suerte de trabajar junto a él muchos años y de verlo interactuar con sus grandes colegas, de los que también aprendí mucho. Además, mi padre también le aplicó color con acuarela a varias páginas de Buscamares”.
«Juan Buscamares» abrió las puertas y su autor terminó varios años en Barcelona colaborando con el legendario guionista español Enrique Sánchez Abulí, haciendo historietas para «Playboy» y «Heavy Metal», y publicando creaciones propias como «Vinland», esa “mezcla de mitología vikinga y chamanismo precolombino”, de la que prepara una segunda parte.
Félix, sin embargo, se ha ido acercando a Chile en varios frentes. Hoy vive en ese inspirador Pichilemu y sus dibujos lucen en portadas de libros locales como «Mocha Dick» (2016) y «Cochrane vs. Cthulhu» (2017). La edición integral de «Juan Buscamares» es otro regreso y también recuerda otras influencias que se cuelan en esta epopeya donde conviven el futuro al estilo «Mad Max», las lecturas religiosas, los paisajes oníricos. “Cuando niño mis padres me llevaron al Museo Nacional de Historia Natural de la Quinta Normal. Quedé maravillado con el esqueleto de la ballena e impactado con el niño del Cerro El plomo. Esas imágenes, que quedaron en mi memoria, más la posibilidad de un desastre ecológico global, fueron el germen”, cuenta el ilustrador.
–¿Qué otras inspiraciones reconoces?
“Mis grandes influencias en el cómic fueron Moebius, Oesterheld, Breccia y Pratt. En el cine, David Lynch y Miyazaki. Y en la música, Pink Floyd. Leo pocos cómics. El cine y la música me influencian mucho más (…). Por ejemplo, el tema «Echoes», de Pink Floyd, me hizo imaginar algunas secuencias de la historia de Buscamares”.
El libro, editado por Planeta Cómic, trae 220 páginas y novedades. “Además de los cuatro tomos redigitalizados, corregidos y ampliados, incluye un prólogo y un epílogo dibujados. Muchas páginas nuevas. Junto a varias páginas con extras. Bocetos e ilustraciones. Es la edición de «Juan Buscamares» que siempre quise”, dice Félix Vega.




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